Prensa MPPC (12/07/2022) Tal día como hoy, pero en el año 1947, nació en la población de El Pilar, estado Sucre, el reconocido cantante venezolano Gualberto Ibarreto, considerado uno de los más destacados intérpretes de la música tradicional de nuestro país.
Desde muy pequeño estuvo ligado al mundo de la música, pues su abuela era bandolinista y su abuelo un luthier de instrumentos de cuerda. Además, aprendió a tocar el cuatro gracias a las enseñanzas de su padre.
Recibió algunas nociones de música en la académica de Tobías Hernández y del padre Raúl Benedetti y realizó sus primeras presentaciones en 1973, en la sala de conciertos de la Universidad Central de Venezuela.
Ese mismo año, participó en el I Festival Universitario de la Canción Venezolana, celebrado en la Universidad de Los Andes, donde obtuvo el primer lugar por la interpretación de la canción “Cerecita”, de Luis Mariano Rivera.
Este extraordinario vocalista es ejecutante de los instrumentos de cuerda pulsada más ligados a la sonoridad del folklore musical venezolano, tales como: el cuatro, la guitarra y la mandolina. También es especialista en la interpretación de diversos géneros musicales, entre ellos: malagueña, la jota margariteña, la jota carupanera, el galerón, el polo margariteño y la gaita.
Más allá del campo musical, Ibarreto incursionó en la televisión y en el mundo del cine en calidad de actor, productor y vocalista.
Contrajo nupcias con Berta Alejandra García, con quien tuvo dos hijos: Cruz y Elena.
Con más de 15 producciones en su haber discográfico, este cantante cuenta con una extensa lista de éxitos que le han valido el reconocimiento dentro y fuera de nuestras fronteras, entre los que destacan: “María Antonia”, “Ah Cuerpo Cobarde”, “La Carta” y “El Ladrón de tu Amor”.
Además, su talento lo ha hecho merecedor de un sinfín de distinciones, tales como: el Guaicaipuro de Oro (1977), el Mara de Oro (1975), Cardenal de Oro (1977), el Gran Sol de Oriente (1977), la Musa de Oro, el Meridiano de Oro y, en 2011, la Asamblea Nacional le otorgó el título de Patrimonio Cultural Viviente de Venezuela, por su ejemplar y valioso aporte a la cultura nacional.
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