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14 de enero: Fallece Jesús Soto

 

Prensa MPPC ( 14/01/2023) El escultor venezolano Jesús Soto falleció el 14 de enero de 2005 en París, Francia. Su obra es un referente perpetuo de la luminosidad y movilidad del arte moderno.

Fue uno de los grandes exponentes del arte cinético, además de ser categorizado como un hombre sencillo, discreto, introvertido, sin la menor afectación, despojado de todo narcisismo, sin la pose de tantos enamorados de su propia persona.

En su época de adolescente comenzó a trabajar como pintor de afiches para marquesinas de películas en el cine de Ciudad Bolívar. Su paso por la ciudad, lo llevó a conocer a un grupo de estudiantes surrealistas.

En 1942 obtiene una beca otorgada por el estado Bolívar para estudiar en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas. Su profesor más recordado fue Antonio Edmundo Monsanto y algunos de sus compañeros fueron Carlos Cruz Diez, Alejandro Otero y Pascual Navarro.

En esa misma época descubre una pintura que lo marcó durante sus primeros años: La naturaleza muerta, de Braque. Una pintura cubista, del movimiento analítico, que refleja el desdoblamiento completo de la imagen real y la abstracción se introduce como la única perspectiva posible.

Inmediatamente comienza a estudiar todo lo que había en la biblioteca para comprender las razones del cubismo. Por eso arrancó prácticamente de un mundo post-cezanniano y antecesor del cubismo hasta el momento en que se fue a París.

En 1947 se convierte en profesor de Arte en una escuela de Maracaibo, estado Zulia. Para esa época no existía una preocupación por el arte en la región, nadie escuchaba sus pensamientos sobre la plástica y nadie quería prestar atención a las formas conceptuales de un medio ininteligible.

En 1950 viaja a París y se convierte en uno de los exponentes más importantes del grupo de artistas venezolanos llamado Los Disidentes. Estaba conformado por Alejandro Otero, Mateo Manaure, Pascual Navarro, Luis Guevara Moreno, Perán Erminy, Rubén Nuñez, Aimée Battistini. Sus referentes principales eran Piet Mondrian, De Stilj, y Kazimir Malevich.

La principal búsqueda de Soto fue la conciencia del espacio como un elemento pleno y existente. Para él era imperante reconocer la vitalidad simbólica del espacio como elemento autónomo.

Un ejemplo de ello es la reconocida Esfera de Caracas, que todos los habitantes de la ciudad nombran como Esfera de Soto, ya que la forma de circularidad se construye desde la compenetración de varas individuales. Es el ojo del individuo, como eje principal, el único capaz de encontrar el sentido de la esfera y, además, el espacio vacío en sí mismo es partícipe de la significación de la obra.

Entre sus obras más icónicas en Venezuela están:
– La Esfera de Caracas, inaugurada en 1996.
– Progresión en amarillo, ubicada en la estación de Metro de Chacaíto, inaugurada en 1982.
– El cielo de Soto en el Teatro Teresa Carreño.
– Penetrable azul
– Extensión azul y blanca
– Cubo virtual azul y negro
– Penetrable amarillo
– Color sobre color

La importancia de este maestro de la escultura se extiende a la historia universal del arte y su legado se mantiene, tanto en las obras esparcidas por el mundo en museos como el MoMA y el Guggenheim, ubicados en Nueva York, Estados Unidos; el Centro Georges Pompidou, en París (Francia), el Museo Reina Sofía de Madrid y también en importantes eventos como la Bienal de Venecia de 1966 y la de Sao Paulo en 1996.

En su ciudad natal se encuentra el Museo de Arte Jesús Soto, en el cual se exponen más de 700 obras del autor y muchas otras, recopiladas por él mismo, de artistas como Malevich, Mondrian, Calder, Vasarely, entre otros.

T y F : Referencial 

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