Cinemateca Nacional rinde tributo al proyeccionista Héctor Parra mejor conocido como “Parrita”

Prensa MPPC (08/07/2022).- El último de la fila: El proyeccionista (2008), de Rafael Straga, fue el punto de partida para un cine foro en homenaje a Héctor Parra, mejor conocido como “Parrita”, un personaje muy querido en la Fundación Cinemateca Nacional (FCN) y un baluarte, un patrimonio del cine venezolano que cambió de plano el pasado 4 de mayo, justo el día del aniversario de esta institución que fue su casa desde 1991 y donde ejerció la última etapa de una carrera consagrada al cine, una trayectoria que comenzó en 1957 -cuando apenas tenía 18 años- dedicada por entero a la delicada tarea de la proyección de películas.

La actividad que tuvo lugar  este  7 de julio en la sala MBA (Museo de Bellas Artes), precisamente el espacio que fue dominio de “Parrita”, y contó con la intervención como panelistas del director del filme, Rafael Straga; el documentalista y uno de tantos aprendices que pasó por manos del homenajeado, Wilmer Pérez Figuera; el coordinador de Operaciones Logísticas de Amazonia Films, Rafael Romero, y en calidad de invitada especial, la hija del recordado proyeccionista, Carmen Parra.

“A mí no me gustan los homenajes”, decía “Parrita

“A mí no me gustan los homenajes porque en la Cinemateca, cuando hacen un homenaje la gente se muere”, le dijo una vez “Parrita” a Karina Gómez Franco, en 2009, cuando la directora general del Festival del Cine Venezolano de Mérida le informó que se le rendiría un tributo en aquella edición del certamen.

Por supuesto, luego aceptó con mucho gusto el regalo “y me quedé impresionado porque nunca me imaginé eso, me hicieron un video, estuvo muy bonito el homenaje”, confesó “Parrita” años más tarde durante una entrevista.

La tarea del proyeccionista es por naturaleza ingrata. Antes, más que ahora cuando las proyecciones son en formato digital, la gente notaba la labor del principal técnico de sala solo si este incurría en un descuido: cuando la película no estaba encuadrada en la pantalla, cuando se veía fuera de foco, cuando no se escuchaba bien o en caso de una falla similar. Por el contrario, si todo fluye bien en una función de cine, la gente sale hablando de la historia, de las actuaciones, la dirección y de todos los otros atributos de una producción, menos de lo bien e impecable que estuvo la proyección.

Profesional a carta cabal

Gracias a su rigor, su responsabilidad y su profesionalismo, “Parrita” se hizo notar, tanto así que  algunos de los certámenes de cine de nuestro país, como el de Mérida y el ya desaparecido festival de Margarita, entre otros, lo solicitaban como jefe técnico de proyecciones para garantizar la fluidez en las funciones y que todas las obras en competencia tuvieran una exhibición sin inconvenientes.

Igualmente, los más destacados realizadores de nuestro país lo buscaban para que supervisará el estreno de sus obras. Uno de estos casos, además recurrente, fue el de Luis Alberto Lamata, a quien conoció en ocasión del estreno de su película Jericó, cuando compitió en el festival de Mérida y ganó el premio del público.

De hecho, la primera vez que el autor vio Jericó en pantalla grande, fue en una proyección supervisada por “Parrita”, lo mismo pasó con Desnudo con naranjas (1994) e incluso se encargó de proyectar Miranda regresa (2007) en la Academia Militar en una exhibición exclusiva para el entonces presidente Hugo Chávez, “Si tu estás a cargo, yo me quedo tranquilo”, le confesó Lamata, según contó una vez el proyeccionista.

Y es que Héctor Parra, no solamente tenía el rigor para asegurar la calidad técnica en la proyección de una película, además, tenía los conocimientos, adquiridos de manera autodidacta, principalmente a través de su vasta experiencia para dominar hasta en el más mínimo detalle el funcionamiento de los equipos, conocimiento que le permitía repararlos y resolver cualquier inconveniente que pudiera surgir.

Para “Parrita” esa confianza y ese respeto que le brindaron también cineastas como Diego Rísquez y John Petrizzelli, entre muchos otros, lo llenaba de satisfacción.  “En la vida el dinero se gasta, las sonrisas y el cariño que te dan se queda contigo. La gente que te estimula y te aprecia, para mí, eso vale mucho”, decía.

Un maestro

Para Wilmer Pérez Figuera, “Parrita” fue un efectivo conector de una infinidad de directores de cine, con el público y consideró que su principal legado viene por su generosidad en la transmisión de sus conocimientos.

“Todo el mundo habla del director pero la principal conexión del director con el público es el proyeccionista, sin este, eso no es viable. Parra dejó muy claro eso con su trabajo, dejó una sala hermosa (MBA) y dejó gente preparada. Yo fui formado por Héctor Parra y sé que no solo fui yo. Deja también el recuerdo de una etapa muy hermosa de la Cinemateca (Nacional) y del cine venezolano, una etapa en la que hubo que luchar mucho para poder tener esta sala bonita para poder tener los proyectores activos. Creo que el legado de Parra, como la película de los morochos (Luis y Andrés Rodríguez) es la de la estética de la ternura. Creo que eso es Parra”, reflexionó el documentalista.

 Una familia

Straga resaltó la efectividad y la maestría de Héctor Parra en su función de proyeccionista, figura cuya importancia el cineasta equipara con la de un camarógrafo o cualquier otro técnico involucrado en la producción cinematográfica. A su juicio, si el proyeccionista no cumple de manera eficiente con su parte, la película no se ve bien y entonces todo el trabajo previo se verá deficiente, pero aún no se verá o llegará mutilado.

El trabajo del proyeccionista “tiene muchos detalles que tienen que ver con toda la actividad cinematográfica” y a diferencia del trabajo técnico en la producción, esta es una labor silenciosa y solitaria, explicó el director de El último de la fila: El proyeccionista, cortometraje elaborado como parte de la serie Amo la vida, voy al cine, y en el que no podía faltar el testimonio de Héctor Parra.

Para “Parrita” lo “más importante de ser proyeccionista, es la compenetración del personal, tenemos que ser una familia. Yo veo a la Cinemateca (Nacional) como una familia y yo me siento parte de esa familia, eso es lo más importante”, expresó.

T y F: Prensa FCN

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